Otra visión sobre el origen del conflicto bélico nacional en Ruanda
Antecedentes: la “Toussaint Rwandaise”
Durante casi 30 años de ocupación colonial por parte de Bélgica, las autoridades emplearon en Ruanda un discurso segregacionista con el fin de mantener un sistema de administración indirecta liderado por una pequeña élite tutsi. Éste consiguió estratégicamente que los aspectos negativos más visibles de la colonización (impuestos, restricción de libertades, etc.) apuntasen directamente a las autoridades locales y no a las europeas, fortaleciendo así su poder sobre el país de las Mil Colinas.
Escindida entonces en dos tribus (tutsi y hutu) enfrentadas entre sí por motivos políticos, la sociedad ruandesa se encuentra en la década de los 50’ avanzando a marchas forzadas hacia la democratización exigida por la ONU. Ahora que la mayoría oprimida durante tantos años puede alcanzar el poder en unas elecciones democráticas, los líderes tutsi se encuentran en una posición muy delicada. Así, tras la muerte del mwami [1] Mutara III en 1957, antes de que ninguna otra fuerza pueda hacerse con dominio de Ruanda, organizan un golpe de Estado que proclama rey al tutsi Kigeri V. Se instaura entonces un régimen totalitario que elimina toda oposición y comienza un ciclo de asesinatos selectivos de líderes hutu. Las reacciones, sin embargo, no se hacen esperar. Conocida como la “Toussaint Rwandaise”, una rebelión liderada por el principal partido del movimiento radical hutu, el MDR Parmehutu, inicia en 1959 una matanza sistemática de tutsi que termina con 100.000 muertos y una primera ola migratoria de 150.000 refugiados hacia Uganda, Congo y Burundi. Este proceso continuaría durante los años siguientes, dando lugar a la creación de numerosos campos de refugiados, en los que después se crearía el Frente Patriótico Ruandés.
Las revueltas continúan hasta que en 1961 se celebran las primeras elecciones legislativas supervisadas por las Naciones Unidas. El partido MDR Parmehutu, dirigido por Grégoire Kayibanda, obtiene una victoria aplastante con el 77% de los votos a su favor. Tras la celebración de un referéndum para abolir la monarquía, se proclama la independencia del país y Ruanda se convierte el 1 de julio de 1962, en una república democrática, social y soberana.
Sin embargo, como consecuencia del resultado, otros miles de ruandeses tomaron de nuevo la ruta del exilio, provocando una segunda ola migratoria hacia los países colindantes. No era un símbolo de protesta porque dudasen de la legitimidad democrática de las elecciones,no: huían.
En un país donde el 85% pertenece a la tribu hutu, el 15% a la tutsi y el 1% a la twa, el apoyo masivo a un partido radical que apenas un año antes había exterminado a miles de tutsi revela que el concepto de elecciones democráticas es, cuanto menos, cuestionable.
Gobierno de Grégoire Kayibanda
El primer presidente ruandés, G. Kayibanda, estableció una sólida política internacional que favorecía las relaciones económicas con multitud de Estados a los que ofrecía la imagen de una nación estable. Sin embargo, en materia de política interna, el gobierno de Kayibanda se caracterizó por la corrupción y el apoyo público al enfrentamiento contra los tutsi.
En 1963 se produjo una invasión de exiliados tutsi desde Uganda que desembocó en la matanza de 30.000 tutsi como represalia por parte de las Fuerzas Armadas Ruandesas. La situación en Ruanda se radicalizó y una segunda oleada de refugiados huyó ante el temor de nuevos ataques. Los refugiados tutsi no fueron bien recibidos por el presidente ugandés M. Obote, de origen hutu. Así, empezaron a organizarse en la frontera para preparar la caída del presidente en favor de su opositor Y. Museveni, más próximo a la causa tutsi. El futuro presidente ugandés tuvo, en efecto, un papel fundamental en el posterior desarrollo de los acontecimientos, ya que colaboró con los refugiados ruandeses en la creación del FPR, financiando y armando a este nuevo brazo revolucionario que consiguió formarse bajo su protección.
Formación e ideología del FPR
Los exiliados tutsis establecidos en Uganda a finales de la década de los 50’ y principios de los 60’, comienzan a organizarse en lo que se conocería más tarde como Frente Patriótico Ruandés (FPR). Apoyados por la armada ugandesa y financiados por el gobierno de Museveni, el FPR se concibió desde el primer momento como un instrumento militar destinado a permitir la vuelta de los refugiados a Ruanda y establecer un poder compartido. Nunca tuvo la intención de ocupar el país sin aliados, y procuró llegar a acuerdos con miembros de la oposición hutu para formar un gobierno que no tomara como base fundamental la diferencia entre tribus.
Cuando se hizo con el poder en julio de 1994, el FPR formó un gobierno presidido por el ex-militante hutu Pasteur Bizimungu, cuya primera medida fue la abolición de los antiguos documentos de identidad que especificaban el origen étnico de cada invididuo.
Inicio de la Guerra civil
Concretamente el 2 de octubre de 1990 se produce el primer intento de ocupación desde Uganda por parte de los refugiados tutsi. Según la versión oficial, las tropas del Frente Patriótico Ruandés ocupan Kigali tres días más tarde, abriendo fuego contra las Fuerzas Armadas Ruandesas y provocando el estallido de una guerra civil que duraría hasta el comienzo del genocidio de los tutsi en abril de 1994, casi tres años después. Esta versión es aceptada por la mayoría de expertos e historiadores. Sin embargo, el periodista francés Patrick de Saint Exupéry, célebre reportero de guerra e investigador conocido por su amplia experiencia sobre Ruanda, defiende otra más arriesgada sobre el inicio de la guerra. Estas, a diferencia de las versiones obvias y fáciles, suelen ser complejas, artificiosas y difíciles de identificar. Pero una vez señaladas, remiendan los cabos sueltos e impulsan la investigación hacia el fondo de la verdad.
Basándose en entrevistas realizadas a soldados franceses que se encontraban en Ruanda cuando ocurrieron los hechos y en el Informe de la Comisión de Información Parlamentaria llevada a cabo en Francia en el año 1998, Patrick de Saint Exupéry describe el siguiente desarrollo de los acontecimientos [2].
El 2 de octubre de 1990, el hijo del presidente francés Jean-Christophe Mitérrand, promete al presidente ruandés Juvénal Habyarimana enviarle varios soldados que le ayuden a frenar el avance del FPR. Dos días más tarde, el 4 de octubre a las 15:00h, el general Guignon (Jefe de Operaciones del Estado Mayor del Ejército francés) realizaba una llamada a la embajada de Kigali para confirmarle el envío de dos compañías del 2ème Régime Etranger des Parachutistes (comandos especiales de las Fuerzas Armadas Francesas que participaron en el conflicto de Indochina y el de Argelia) para proteger la ciudad. La embajada protesta: ellos no han solicitado refuerzos. No los necesitan, los “rebeldes” aún están lejos. Apenas dos horas más tarde, la Adjunta del Embajador de Estados Unidos en Kigali irrumpe en la embajada francesa. Presa del pánico, advierte “Esta noche, los rebeldes atacarán Kigali”. En la embajada francesa la incredulidad es total, pero la diplomática americana insiste: “No entiendo! Yo he sido alertada. París también”. París estaba entonces al corriente, pero no creyó necesario informar a su embajada en Kigali. Directamente envió refuerzos. Estos, llegaron esa misma noche para enfrentarse a los “rebeldes”. Error de timing, pues nadie había atacado todavía.
Uno de los testigos que declaró durante la Comisión de Información, describió así la llegada de efectivos franceses: “Yo estaba en el aeropuerto de Kigali. Era increíble. Primero, un auténtico aterrizaje de asalto nocturno. A continuación, los tipos, en equipamiento de combate, desembarcaron de los aviones como si fuesen a la guerra. A pesar de que ningún tiro había sido disparado”. Horas más tarde, millones de fogonazos iluminarían la capital. Las autoridades ruandesas afirmaron rápidamente que los “rebeldes” habían tomado Kigali. Esto sirvió para justificar una respuesta de igual envergadura, desencadenando una guerra civil que enfrentaría a ambas facciones hasta abril de 1994. Sin embargo, el FPR jamás llegó a entrar en Kigali. Uno de los responsables militares franceses declaró en su testimonio ante la Comisión de Información que la historia era “Ridícula. Eran nuestros colegas de las fuerzas armadas ruandesas quienes disparaban. Las autoridades les habían intoxicado. La ocupación de Kigali por los rebeldes no fue más que una manipulación.”
Una vez que la manipulación ha sido desvelada, surgen multitud de dudas sobre la responsabilidad de Francia en el inicio de la guerra, pero no es el objetivo de este artículo despejarlas. Simplemente, poner de manifiesto el verdadero desarrollo de los acontecimientos para que sean estos quienes denuncien las distintas tergiversaciones que se han llevado a cabo sobre los objetivos del FPR y sus acciones antes de tomar el poder en 1994.
Hasta entonces, se desarrolló en Ruanda un cruento enfrentamiento bélico entre las Fuerzas Armadas Ruandesas -brazo armado del gobierno formado en su mayoría por Hutus- y el Frente Patriótico Ruandés -cuerpo armado en el luchaban los tutsi- que duraría cuatro largos años. Sólo el atentado que acabó con la vida del presidente ruandés, Juvénal Habyarimana, el 6 de abril de 1994, consiguió poner fin al conflicto bélico nacional. Desgraciadamente, este punto de inflexión en la historia del país, no dió paso a un periodo de calma en el que una paz estable y duradera pudiera consolidarse, sino a una terrible pesadilla de la que todavía ningún ruandés, tutsi o hutu, haya podido recuperarse hasta el momento. Un atroz genocidio que duró tres meses y acabó con casi un millón de muertos y más de cuatro millones de refugiados.
Notas al pie
[1] Mwami: rey. Desde el siglo XV, en Ruanda existía un sistema feudal que centralizaba el poder en un monarca autoritario -mwami- y una pequeña corte procedente de la nobleza.
[2] Patrick Saint-Exupery: Complices de l’Inavouable. La France au Rwanda. París, Les arènes, 2004, pp. 266-272.
Han digerido..